BRASIL

Precarización: trabajadores despedidos en la pandemia se convirtieron en repartidores

Nuevos repartidores de aplicaciones enfrentan largas jornadas, acoso y riesgos en el tránsito para obtener ingresos

Traducción: Pilar Troya

Brasil de Fato | Recife (PE) |
Pâmella Nascimento pasó a trabajar como repartidora justo al comienzo de la pandemia y relata que, además de los otros problemas, las mujeres también enfrentan el machismo en las entregas - Pedro Caldas/Jornalistas Livres

Una de las categorías que más ha trabajado en la pandemia es la de los repartidores de aplicaciones, que, con el aislamiento social, pasaron a ser los principales mediadores entre clientes y establecimientos. Con eso, creció no sólo el número de pedidos, sino también el número de repartidores, debido a despidos consecuencia de la crisis económica generada con el aislamiento social.

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El educador físico y profesor de danza Rodolpho Gazzaniga, comenzó a trabajar como repartidor para Rappi al inicio de la pandemia, ya que tuvo que cerrar su escuela de danza debido a dificultades financieras resultantes de la pandemia.

"Al comienzo fue bien complicado, porque yo estaba acostumbrado a otra rutina, otro proceso de vida, pero tenemos que adaptarnos e ir atrás de lo que necesitamos, como necesitaba plata, comencé a hacer las entregas”, relata. Así como Pâmella Nascimento, que pasó a trabajar como repartidora en moto para  Rappi y  Zé Delivery justo al comienzo de la pandemia. “Fui despedida y no tuve otra posibilidad que no fuera usar lo que tenía para conseguir un ingreso”, afirma. 

Rhaldiney Santos trabaja como repartidor en moto desde febrero de 2020 para Ifood, Rappi, Bee y Vaptuber y conciliaba las entregas con su trabajo de supervisor de estacionamiento. “Comencé por el hecho de ser un ingreso extra para poder pagar mi moto, y permanecí cuando comenzó la pandemia, pues fui separado del estacionamiento al cual soy supervisor, sin recibir el valor integral del salario”, dice.

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En medio de la pandemia, los y las motociclistas repartidores son más susceptibles al contagio del virus, toda vez que son las únicas personas que están circulando por la ciudad y están en contacto con empleados de los establecimientos y con los clientes. Así que es imprescindible que estén protegidos para la realización de su trabajo.

“Tratamos de seguir las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de Salud), con mascarillas y alcohol en gel, tratamos de adaptarnos con higiene personal”, cuenta Pâmella. Sin embargo, se descuida a los repartidores y repartidoras hasta en el suministro de equipos de protección individual (EPI).

“Vale resaltar que todos los equipos individuales de protección, sea alcohol en gel, mascarilla y guantes, todo es por cuenta del motociclista o ciclista. No tenemos apoyo”, dice Rhaldiney.

“La mayor tensión es sobre el riesgo de ser contaminado, pues tengo personas de riesgo en la familia y estoy celando por mi propia salud también”, complementa el trabajador.

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Los repartidores y repartidoras encuentran problemas mucho mayores que encontrar la localización del cliente, como fue el caso de Rhaldiney, que sufrió un accidente y tuvo que cubrir solo los gastos médicos. “Estaba conduciendo, había aceite en la pista y acabé sufriendo un accidente. Como no estamos asegurados, quien costeó todos los gastos por las escoriaciones que tuve fui yo mismo.”

Además de eso, el acoso por parte de los clientes es algo que afecta las mujeres que trabajan en el ramo. “Infelizmente ya sufrí algunos acosos, el último fue un cliente borracho "invitándome" a ir a algún lugar con el, insinuándose, eso era 23h”, alerta Pâmella.

Rodolpho percibe que, a pesar de haber sufrido homofobia por parte de los clientes, ser maltratado por los empleados de establecimientos es lo que fue más frustrante para el. "Además de los comentarios de las personas, de comentarios homofóbicos y cosas de ese tipo, el mayor problema que tuve, el más frustrante, fue tener que pasar tres horas frente a un restaurante el día de los enamorados esperando que salga el pedido y la gerente del supermercado súper grosera, maltratándonos todo el tiempo", dice. 

#BrequedosApps [Freno a las apps]

El 25 próximo, los repartidores realizarán una nueva paralización, a fin de exigir a las aplicaciones mejores condiciones de trabajo, ya que los repartidores reclaman de falta de condiciones dignas, ausencia de apoyo por parte de las aplicaciones y además el aumento del valor de la tarifa. Todos los entrevistados para esta materia trabajan entre 10 y 12 horas diarias con apenas un día libre semanal para garantizar lo mínimo para su supervivencia.

“El movimiento Breque dos Apps es importante para mostrar la precarización del trabajo establecida para nosotros de la categoría, la unión de los repartidores muestra que aún sabemos nuestros derechos como trabajadores”, afirma Pâmella, que es una de los líderes del movimiento.

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"A partir del momento en que las personas comiencen a entender cuán arriesgado es el trabajo, la cantidad de problemas que tenemos, van a entrar junto con nosotros”, argumenta Rodolpho, que recomienda “el día de la paralización, quien pueda evitar hacer pedidos y evaluar mal las aplicaciones sería fantástico, porque ahí si conseguimos dar más cuerpo al movimiento".

Fonte: BdF Pernambuco

Edición: Rodrigo Chagas e Vanessa Gonzaga